En el año de 1943, Don Lucas de Palacio, primer gran hotelero de este país, identifica el potencial del edificio y lo arrienda para convertirlo en un hotel de servicio completo, pero en 1946 vende la operación a los actuales dueños. En el 2005, se toma la decisión de remodelar el hotel para instalar todos los servicios y facilidades de un hotel moderno, manteniendo el ambiente del edificio colonial.